La engorrosa monotonía

La monotonía priva a todos los placeres mundanos de su encanto embaucador. Una persona monótona resulta aburrida -al carecer de incertidumbre-, un libro sin novedad es casi deshonroso para la vista. De hecho, el prefijo mono- no evoca más que malos significados.

Los individuos que se llaman a sí mismos ecuánimes -la forma educada de reconocerse como soporíferos- detestan los exabruptos -que aportan a las personas un carácter tan especial-. Un amigo que es fiel por ser monótono, o que es monótono por ser fiel, no es más que un títere de la igualdad de ánimo -esa que resulta tan entretenida al principio y que se acaba por execrar a los pocos días-.

Con tal entender, ¿podemos considerar a las personas que son fieles en sus amores <<superficiales>>? Según lord Henry Wottom, personaje de Oscar Wilde, así es. Es todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario